Juan 6,30-35
30 Entonces le dijeron: “¿Qué milagro haces Tú, para que viéndolo creamos en Ti? ¿Qué obra haces?
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: «Les dio de comer un pan del cielo»”.
32 Jesús les dijo: “En verdad, en verdad, os digo, Moisés no os dio el pan del cielo; es mi Padre quien os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es Aquel que desciende del cielo y da la vida al mundo”.
34 Le dijeron: “Señor, danos siempre este pan”.
35 Respondióles Jesús: “Soy Yo el pan de vida; quien viene a Mí, no tendrá más hambre, y quien cree en Mí, nunca más tendrá sed.
1533-Recibisteis la Ley por mediación de ángeles- reflexiones http://bit.ly/2GZtdqm
1075-Dios dio el pan del cielo http://bit.ly/2J3UrPZ
Hechos de los Apóstoles 7, 51-60.8,1a
51 Hombres de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo; como vuestros padres, así vosotros.
52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres?; y dieron muerte a los que vaticinaban acerca de la venida del Justo, a quien vosotros ahora habéis entregado y matado;
53 vosotros, que recibisteis la Ley por disposición de los ángeles, mas no la habéis guardado”.
MARTIRIO DE ESTEBAN.
54 Como oyesen esto, se enfurecieron en sus corazones y crujían los dientes contra él.
55 Mas, lleno del Espíritu Santo y clavando los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios,
56 y exclamó: “He aquí que veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está de pie a la diestra de Dios.
57 Mas ellos, clamando con gran gritería, se taparon los oídos, y, arrojándose a una sobre él, lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon.
58 Los testigos depositaron sus vestidos a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
59 Apedrearon a Esteban, el cual oraba diciendo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”.
60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: “Señor, no les imputes este pecado”. Dicho esto se durmió.
II. CRECIMIENTO DE LA IGLESIA EN PALESTINA Y SIRIA (8,1-12,25)
HECHOS VIII
PERSECUCIÓN EN JERUSALÉN.
1 Saulo, empero, consentía en la muerte de él (de Esteban). Levantóse en aquellos días una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén, por lo cual todos, menos los apóstoles se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.